viernes, 6 de mayo de 2011

AMBULANCIAS Y ATENCION PREHOSPITALARIA EN COLOMBIA


ATENCION PREHOSPITALARIA.  Aproximacion  al Modelo Colombiano
Mario Roberto Santamaría Sandoval. MD[i]


La seguridad del personal no es un lujo ni una opción.
Es una necesidad y forma parte esencial
del costo de hacer nuestro trabajo".

“El construir una cultura de prevención no es fácil. Si bien los costos de
la prevención deben pagarse en el presente, sus beneficios se hallan en el
futuro distante. Además los beneficios no son tangibles; son los desastres
que no ocurrieron”.

Kofi Annan - Secretario General de las Naciones Unidas.

 

El transporte de enfermos que han sufrido una urgencia


El cuidado prehospitalario existe desde que el hombre aprendió a cazar y a hacer la guerra. Aunque los métodos para cohibir hemorragias, estabilizar fracturas, etc. eran primitivos, fue indudablemente reconocida de inmediato la necesidad de un rápido tratamiento. Los elementos básicos de la respuesta prehistórica a los lesionados, permanecen como guía en los actuales programas prehospitalarios de asistencia. Aparte de estos elementos, el reconocimiento de una necesidad de acción fue lo que llevó al desarrollo de técnicas médico-quirúrgicas de urgencia y a la evolución de un sistema de comunicaciones, tratamiento y transporte para reducir la morbimortalidad.

Muchas formas de transporte de los enfermos fueron inventadas. En tiempos muy antiguos, sin duda, los enfermos fueron llevados entre dos amigos quienes lo transportaban de la manera que a ellos les resultaba más conveniente. Si había una sola persona para transportarlo, seguramente lo hacía sobre sus espaldas. Probablemente el siguiente modo de transporte de los heridos o enfermos fue usando dos postes a los que se ataba fuertemente una hamaca. Este tipo de camilla fue usado durante muchos, muchos años. Los postes eran colocados por
debajo de los brazos y estos se apoyaban a lo largo de ellos. Después de la invención de la rueda, el hombre antiguo, cansado de cargar sobre sus espaldas al camarada herido, construyó una tosca  carreta para aliviar su trabajo. Los primeros antecedentes sobre atención en vehículos específicos para personas en riesgo de salud tienen origen remoto y es difícil saber realmente cuando se usó por  primera vez un vehículo para transportar una persona enferma o lesionada. El primer vehículo para el transporte de los enfermos fue probablemente construido cerca del año 900 A.C.

Existen registros de transportes forzados de personas hacia los lazaretos o con problemas psiquiátricos en la antigüedad. Probablemente la expulsión organizada de los leprosos fue el primer sistema organizado de transporte. Las autoridades eran responsables de sacar de sus casas a estos enfermos y aislarlos del resto de la comunidad, lo que era una medida para impedir el contagio. Los pacientes con enfermedades venéreas eran tratados de la misma manera.

No hay demasiadas referencias en cuanto al traslado de los heridos en las guerras de la antiguedad, pero se sabe que los transportaban en carrozas (cuádrigas). Los griegos y los romanos disponían de cirujanos en el campo de batalla para el tratamiento de los heridos. En la Ilíada y la Odisea se explican algunos procedimientos. Durante todo el tiempo que duró la Edad Media existieron carretas para transportar cuerpos, usadas particularmente cuando poblaciones enteras sucumbían ante la peste, aunque el uso de esas carretas por lo general se limitaba a acarrear muertos.

Pocos cambios fueron registrados en los siguientes siglos, hasta que los Normandos llegaron a Inglaterra con su “litera a caballo” para el transporte de los inválidos. Ellos suspendían una cama de dos postes, los cuales se tomaban por sus extremos a dos arneses especiales, colocado uno en el caballo de adelante y otro en el de atrás. Ciertamente el paciente debía soportar una serie de saltos al ser transportado y seguramente en muchas oportunidades estos saltos eran fatales para los enfermos. Diferentes adaptaciones de este sistema fueron utilizadas hasta el siglo XVII.

Las primeras ambulancias


El termino “ambulancia” de acuerdo con el libro  “El origen de los términos médicos” de Henry Alan Skinner  “es mas comúnmente aplicado a un vehículo en el cual los enfermos o heridos son transportados”. En la organización militar el término  “ambulancia de campo” hace referencia a una unidad equipada para el transporte y el tratamiento de emergencia de los heridos. Esos “hospitales de campo” (ambulancias) fueron introducidos por la Reina Isabel la católica durante el sitio de Málaga en mil cuatrocientos ochenta y siete (1487) y revividos por su nieto Carlos V durante el sitio de Metz en mil quinientos cincuenta y tres (1553). Fernando e Isabel pusieron un interés sin precedentes en el bienestar de sus tropas. Fueron reunidos elementos médicos y quirúrgicos y se establecieron los primeros hospitales militares-ambulancias para el cuidado de los heridos. Pero no fue hasta cerca de trescientos años mas tarde que algunos acuerdos permitieron mover a los heridos hasta el hospital de campo durante las batallas y brindar ayuda en el lugar a aquellos que no podían ser movilizados. En esos tiempos, ciertos tipos de carretas tiradas por caballos o por hombres, recibieron el nombre de ambulancias (de la raíz francesa "ambulant" que significa que "deambula o camina").

En la época de los zares en Rusia, un médico y un ayudante se trasladaban en una carreta tirada por caballos; reconocían en el campo a los enfermos más graves y los trasladaban a un centro asistencial.

 

La ambulancia liviana de Larrey


En 1792 los Prusianos y los Austríacos declararon “Guerra contra los Reyes y Paz
con todos los pueblos”.  Él ejército francés no estaba preparado para repeler el ataque de los enemigos quienes tiraban sus bombas y corrían. Por algunas semanas, el personal médico se preparó y discutió sobre cirugía militar. Le fue ordenado a Larrey unirse al ejercito del Rhin bajo el mando del General Luchner.

Antes de la innovación del servicio de ambulancias realizada por Larrey, los reglamentos militares requerían que las ambulancias estuvieran estacionadas en la retaguardia. Los vehículos eran pesados, primariamente utilizados para el transporte de los cirujanos y el equipamiento. El Barón Percy, compañero mayor de Larrey y quien compartía con él la responsabilidad por el departamento de cirugía del ejercito, había diseñado un vehículo de cuatro ruedas que tenía un poste emplazado en forma longitudinal en el centro y en el que a manera de caballete, los cirujanos viajaban a horcajadas, mientras cabalgaban hacia los heridos luego de finalizada la batalla.

Cuando se produjo la confrontación entre los franceses a las ordenes del General Custine -quién reemplazó al General Luchner- y los prusianos en Spires, Larrey tuvo su bautismo de fuego. Las ambulancias fueron estacionadas cerca de dos millas y media por detrás de la retaguardia. Los heridos permanecieron en el campo de batalla hasta el cese del fuego y luego las ambulancias comenzaron a levantarlos para transportarlos hasta los hospitales de campaña.

Larrey quedó preocupado ya que con este sistema los heridos eran olvidados por un largo periodo de tiempo y la mayoría de ellos moría antes de ser recibidos en el hospital. Fue esta situación la que lo llevó a tratar de desarrollar un nuevo sistema de ambulancias que pudiese brindar ayuda “in situ” a los heridos y luego sacarlos del peligroso campo de batalla. Larrey escribía entonces: _” En Limbourg, tuvimos un problema: ...La distancia a la que se encontraban nuestras ambulancias privó a los heridos de la atención requerida... creemos imposible atender a nuestros heridos frente al poder del enemigo. Primeramente, Larrey pensó en rescatar los heridos en camillas adosadas a la montura de los caballos, pero luego se decidió en favor de utilizar carruajes livianos y diseñó un carruaje al que llamó ambulancia voladora”_. Luego de algunas confrontaciones y la conmoción que le causaba la carencia de una inmediata asistencia a los heridos en batalla, se aproximó al Comisario General Villemansy con la idea de colocar en funcionamiento las ambulancias especiales y se le  autorizó a desarrollar sus planes. Así fue como en mil setecientos noventa y siete (1797) Larrey construyó sus “ambulancias volantes”,  con dos ruedas para rescatar a los heridos.

Larrey vio trabajar sus ambulancias en las montañas cerca de Konigstein, en Prusia. La terrible experiencia de una batalla en un terreno montañoso fue balanceada con el hecho de que sus ambulancias salvaron gran cantidad de vidas.

El joven Napoleón Bonaparte, en una corta y exitosa campaña condujo a los austríacos fuera del norte de Italia y mientras disfrutaba de su prominencia militar, puso sus esfuerzos en equipar a sus ejércitos. Se hallaba impresionado por la reputación de Larrey debido al humano tratamiento de los heridos en batalla por lo que a Larrey le fue ordenado incorporarse al ejercito de Italia y organizar un servicio de ambulancias similar al que creó en mil setecientos noventa y tres (1793) para el ejercito del Rhin. Se puede especular entonces, que los contemporáneos a Napoleón con sus brillantes innovaciones en el campo de batalla en lo que respecta a la artillería liviana, inspiraron también a Larrey; tal como los médicos actuales adaptaron el uso militar de los helicópteros para la evacuación aeromédica civil.

Larrey diseñó una ambulancia liviana de dos ruedas que se estacionaba entre las
tropas y que permitía a los cirujanos trabajar en el campo de batalla. El también utilizó esos vehículos para levantar a los heridos y transportarlos a los hospitales. Él las llamó “ambulancias livianas” porque se estacionaban junto a la artillería liviana en el campo de combate. Larrey dirigió el servicio de ambulancias durante la campaña napoleónica a Italia en 1797 y en 1798 organizó el servicio de salud para el ejercito en Egipto. Fue aquí en donde además de ambulancias,   que usó animales para el transporte de los heridos e inventó una litera que podía ser adaptada para ser llevada encima de los camellos. Es interesante notar que las mismas imágenes en las que se observa el sistema de transporte de heridos en animales, aparecidas en manuales médicos militares y diseñado por Larrey en aquellos tiempos, son similares a los que fueron utilizados durante la guerra de Vietnam.

Las ambulancias motorizadas


Las ambulancias evolucionaron hasta convertirse, en el comienzo del siglo XX, en vehículos motorizados. Su uso se extendió y se hizo más común, pero todavía el concepto era trasladar al herido o enfermo a algún centro asistencial sin contar con los elementos para tratarlo en el lugar donde se lo encontrara. Los ejércitos aliados en la invasión a Europa, finalizando la segunda guerra mundial, fueron los pioneros en dotar ambulancias con camillas y algunos otros elementos, con el fin de completar la labor de los enfermeros de combate que prestaban los primeros auxilios, mejorando la morbimortalidad de los heridos.

Pasó mucho tiempo para que la medicina prehospitalaria llegara a formar un sistema de alta complejidad como se lo conoce hoy. El concepto de cuidado médico de emergencia en la población civil nació simultaneamente en los Estados Unidos de América y en Inglaterra, aproximadamente en 1940, a partir de los cuerpos de bomberos, que fueron los primeros en brindar cuidados médicos mientras el enfermo o accidentado era trasladado.

Hacia 1949, en la guerra de Corea, las tropas de las Naciones Unidas ya disponían de “traslado Aéreo de Evacuación” hasta  los hospitales de campaña muy cercanos a los frentes de batalla (“MASH” Medical Army Service Hospitalary) dotados con atención para trauma y en los cuales se estudió, documentó y puso en práctica la medicina de urgencias.

En 1960 la Academia Nacional de Ciencias introdujo normas para el entrenamiento del personal de ambulancia y tratamiento del paciente en la escena durante el rescate,  transporte y transferencia. En 1962, en EE.UU., se creó el primer servicio tal como se lo conoce en la actualidad y se programó el primer curso para la formación de paramédicos.

Con la experiencia bélica de Corea y Vietnam en el rescate de traumatizados graves, se lograron importantes avances en el tratamiento precoz de estos heridos. Los primeros esfuerzos civiles en el desarrollo de la atención de emergencias médicas se volcaron hacia el tratamiento de las arritmias graves y muerte súbita como consecuencia de enfermedades coronarias. Así apareció la Unidad Coronaria Móvil para revertir los casos de afecciones coronarias agudas que pueden derivar en muerte durante la primera hora a partir de la aparición del síntoma.


Se estableció la escuela de paramédicos de New York que formó una gran cantidad de personal civil para atención prehospitalaria y el mayor campo de pruebas en el tema se construyó en Miami, condado de Dade (Metro Dade County). Muy pronto se abrieron múltiples escuelas de rescatistas, técnicos en urgencias médicas y paramédicos en todo el territorio Norteamericano.  Simultáneamente la Cruz Roja Francesa desarrolló un modelo de atención prehospitalaria y manejo de ambulancias terrestres en su República, originando el  Servicio de Atención Médica de Urgencias (SAMU) en  París y luego en Grennoble.

Atención Pre Hospitalaria (APH).


Literalmente definida como la prestación de servicios de salud tendientes a preservar la vida o las funciones vitales, en el menor lapso posible, en el sitio de producción de una urgencia, a las víctimas de una urgencia, emergencia o desastre y si es necesario, transportarlas al sistema intrahospitalario. Los avances de la medicina en la década del '70 fueron muy importantes en la sobrevida de los combatientes de las guerras del siglo XX, pero se consideró que el factor principal que mejoró el pronóstico de los heridos fue la asistencia inmediata en el campo de batalla por personal especialmente entrenado que llegaba transportado en helicópteros militares. En la población, el entrenamiento y la capacitación de los paramédicos tuvieron una programación cada vez más exigente, mejorando su capacidad asistencial para cubrir un amplio aspecto de emergencias y se denominó apropiadamente a este sistema UNIDAD DE TERAPIA INTENSIVA MOVIL(UTIM).

A partir de esa experiencia los sistemas prehospitalarios civiles incorporaron los recursos que permiten asistir, en el menor tiempo, a todo tipo de traumatizados. Para ello los diferentes modelos de Atención Prehospitalaria (APH) han utilizado los convenientes para sus terrenos, calles y ciudades, entre ellos ambulancias terrestres de tracción sencilla o doble, vehículos de rescate, camiones de bomberos, carros compactos auxiliares, patrullas policiales, lanchas salvavidas, motocicletas, helicópteros y hasta bicicletas para llevar al sitio de la urgencia, el mas entrenado recurso humano disponible y dotado con los mejores equipos portátiles. 

Período que se tardaba en asistir al herido  vs. Porcentaje de mortalidad

     1era. Guerra Mundial              12-18  horas........................8,5 %
     2da.  Guerra Mundial                8-12  horas....................... 3,3 %
     Corea                                        2- 04 horas....................... 2,4 %
     Vietnam                                     1- 04 horas........................1,9 %


Modelos de atención prehospitalaria (APH).


Así comenzaron a existir organizadamente dos modelos de APH: Uno Norteamericano y otro Francés, con pequeñas diferencias operativas y excelentes resultados en el mantenimiento de la vida humana en peligro por haber sufrido algún evento de urgencia.

El sistema Americano opera desde la óptica de llegar rápido al lugar del accidente o urgencia, valorar, estabilizar y transportar sin demora al servicio de urgencias dentro de un hospital especializado; es operado por personal diferente al de la cadena de la salud, perteneciente al sistema de bomberos y rescate quienes son dirigidos y supervisados permanente, dependiendo de sus propios medios de comunicación para utilización de fármacos y realización de procedimientos. Utiliza ambulancias básicas, carros de rescate y vehículos de bomberos. Se financia  en seguros de salud, de accidentes, de vida, de violencia y presenta altas tasas de demandas legales.

Motivados en costos y valor de los seguros, la unión Americana decidió a partir de 1994, cambiar las políticas de formación y empleo en APH y ambulancias, dejando  90% de los empleos para Técnicos en Urgencias Médicas y apenas un 10% para los paramédicos (mayor rango salarial y de formación).

El sistema Francés a cambio del anterior, lleva los recursos necesarios al sitio de la urgencia, con el fin de atender todo lo que pueda en el lugar, enviando primero un equipo humano de alto entrenamiento (motocicleta, vehículo liviano o ambulancia básica) capacitados para uso o aplicación de medicamentos y luego según el resultado de la valoración inicial hace llegar ambulancia medicalizada con profesionales especializados (anestesiólogos, entre otros) capaces de realizar procedimientos médicos o quirúrgicos. Se maneja el concepto de llevar la sala de cirugía y la unidad de cuidados intensivos al lugar y en el momento en que se requiera, a pesar del tiempo que se necesita para su instalación y puesta en marcha. Una vez asistido el paciente lo mas completamente posible, se inicia el desplazamiento hacia el hospital. Está operado por personal de la cadena de la salud, Médicos generales, médicos de urgencias, médicos especialistas, enfermeros universitarios y algunos auxiliares. El sistema es parte fundamental de la Cruz Roja Francesa. Se financia del presupuesto estatal como todo lo relacionado con salud en ese país.

Es de mencionar, por su especial eficiencia, eficacia y efectividad, el sistema de ambulancias del Reino Unido: trabaja con personal paramédico altamente entrenado (4 años de formación básica), legalmente autorizado para utilizar fármacos y realizar procedimientos médico quirúrgicos, a bordo de ambulancias  dotadas con equipos de cuidado intensivo, capaces de decidir si atienden completamente en el sitio de la urgencia o si transportan rápidamente a un hospital y pertenecientes a Compañías privadas dedicadas a vender la APH y el transporte (dos grandes monopolios supervisados por el Gobierno). El sistema lo financia totalmente el Estado a través del cobro de impuestos y cancela el valor de los servicios con la presentación de las facturas.



Alertas  actuales


La Atención prehospitalaria y el transporte sanitario, a pesar de ser un subsistema del sistema de salud dedicado a intentar salvar vidas humanas y minimizar el dolor humano ha sido uno de los más golpeados por las circunstancias diarias, la violencia y el terrorismo. Son innumerables las ambulancias secuestradas dentro de  Países en conflicto, las tripulaciones amedrentadas y desaparecidas por no ser respetadas bajo las Convenciones Internacionales, el Derecho Humanitario o la Neutralidad que los debería caracterizar.  

Tampoco son despreciables los niveles de accidentalidad que sufren sus miembros cuando se están entrenando, cuando se desplazan a bordo de sus vehículos de emergencia, cuando realizan labores peligrosas y podemos afirmar sin lugar a dudas que son de los muy altos en el mundo. Como ejemplo podemos recordar la desaparición de muchos paramédicos y técnicos de urgencias médicas durante el desplome de las Torres Gemelas de New York el 11 de noviembre del 2001 mientras intentaban evacuar sobrevivientes de los impactos de los aviones suicidas contra los edificios  o la cantidad de tripulaciones de ambulancias que han perdido la vida en absurdos accidentes de tránsito generalmente causados por imprudentes conductores que no han respetado los semáforos, las sirenas ni las luces rutilantes.


Las ambulancias en la República de Colombia


En la República de Colombia la historia de las ambulancias está muy ligada a los hechos mundiales. Nuestros ancestros de todas las tribus y etnias, entre ellos los Chibchas, Caribes, Pijaos, Coyaimas, Motilones, Arahuacos, Tunebos, transportaron sus enfermos y heridos de la misma forma que otros pueblos indígenas en todas las latitudes. Primaba el respeto a la vida y en sus sistemas, estas víctimas eran llevadas a lomo de animales, parihuelas o fuerza humana hasta sus hogares para ser atendidos por sus chamanes o médicos brujos. Durante las épocas de la  conquista y la colonia fueron muy socorridos los desplazamientos en las espaldas de cargueros humanos, sistema que aún se encuentra funcionando en algunas zonas del Chocó montañoso y sin carreteras. También están documentadas las  “andas” o sillas con extensiones de donde se cargaban sentados personajes o enfermos, por cuatro o más personas. En la guerra de la independencia hay pocas anotaciones de atención prehospitalaria o de transporte de heridos, a excepción de relatos y leyendas del manejo premortem de nuestros lanceros cuando quedaban con lesiones serias en las escaramuzas y batallas sostenidas con los Españoles. A pesar de las múltiples guerras civiles sostenidas durante el siglo XIX no se han encontrado evidencias del transporte de enfermos, heridos o víctimas, al parecer por escasez de registros médicos o de atención en salud. Las primeras referencias de la época de la República aparecen con las carretas de tracción animal y operadas por monjas en las batallas del Tolima Grande y Palonegro durante la Guerra de los Mil Días en las postrimerías del siglo XIX (1899 y 1900), que transportaron los heridos del combate hacia casas o haciendas que se improvisaron como sanatorios.

Como hito en la historia del transporte de lesionados en nuestro País, el 6 de agosto de 1938 en Bogotá, cuando se llevaba a cabo una revista aérea para demostrar a la ciudadanía el potencial de la Fuerza Aérea Colombiana, se produjo el choque de una aeronave muy cerca de las tribunas que albergaban al público en el campo de Santa Ana (hoy en día los cuarteles de caballería e infantería del ejercito en la calle 102 con carrera 7). Se produjeron múltiples heridos que fueron transportados en vehículos particulares  hasta las Clínicas y Hospitales de Chapinero y del Centro, con especial mención por una de  las primeras mujeres conductoras de automotores que llevó algunos (dentro de una sociedad eminentemente machista) y por el sistema de tranvías que evacuó desde el lago Gaitán a la población ilesa, dejando en claro la inexistencia de un sistema de atención médica urgente y la desprotección que sufría la población civil ante una emergencia.

Hacia el año 1939, las Clínicas privadas de las grandes ciudades importaron las primeras ambulancias que operaron como tales (Clínica de Marly en Bogotá, entre otras). 
Eran servicios de lujo que podían costear las clases sociales privilegiadas. Sin embargo no se desarrolló ningún sistema organizado de atención prehospitalaria ni de transporte de víctimas. Como ejemplo de manejos humanos, de caridad y también de ineficiencia en el tema, son de anotar los hechos  9 de abril de 1948 a lo largo y ancho de Colombia cuando se produjo la revuelta por el asesinato del líder Jorge Eliecer Gaitán y las víctimas fueron recogidas en cualquier vehículo que pudiera moverse y llevadas a hospitales sin preparación para lograr atender la situación. 

En la década de los años ’60, los hospitales públicos (San Juan de Dios en Bogotá, Federico Lleras en Ibagué, Erasmo Meóz en Cúcuta, Evaristo García en Cali, San Vicente de Paúl en Medellín, entre otros) comenzaron a adquirir algunas de ambulancias para su servicio y simultaneamente la  Cruz Roja Colombiana recibió las suyas como donaciones internacionales.

En la década de los años ’80 el Ministerio de Salud creó la Red Nacional de Urgencias, aparecieron los  lineamientos para el uso de ambulancias en traslados secundarios y se lograron los primeros servicios primarios, más por casualidad que por planeación. En 1982 aparecieron las dos primeras empresas privadas de ambulancias  en la Ciudad de Bogotá (Ambulancias Ltda y Emergencias) para atender pacientes particulares y de otros pertenecientes a  algunas compañías que brindaban servicios médicos a sus empleados, las cuales abrieron el horizonte de estos servicios de salud.

Con la implantación del Sistema General de Seguridad Social en Salud por la Ley 100 de diciembre de 1993, se operativizó la resolución 9279 o primer  reglamento de ambulancias terrestres. Se aclararon los requisitos esenciales que deberían poseer estos equipos médicos y el personal que laborara con ellos.

Está Ley y sus decretos reglamentarios precisaron las ambulancias son EQUIPOS MEDICOS con los cuales se desarrollan ACTOS MEDICOS y pertenecen al Sistema de Salud (a diferencia de los vehículos de rescate que pertenecen al sistema nacional de bomberos y en donde no se hacen actos médicos pero si actos humanitarios con personal de tipo diferente al de salud).

Se creó también la subcuenta ECAT (eventos catastróficos y accidentes de tránsito) del Fosyga (fondo de solidaridad y garantía) con el fin de financiar  la prestación de algunas actividades de salud que no habían quedado cubiertas dentro del Plan Obligatorio de Salud (POS) el País, mediante lo cual se  adquirieron (entre otros equipos), para las IPS municipales entre 1995 y 2001, aproximadamente 1800 ambulancias terrestres y 80 fluviales con recursos provenientes de los rendimientos financieros de la subcuenta mencionada, así como el pago por evento de muchos transportes en esos vehículos, haciendo viables las empresas al cancelarles los valores de sus trabajos. Adicionalmente las empresas privadas  llenaron el escenario con oferta de servicios básicos y medicalizados.

Desde 1995 el programa de urgencias del Ministerio de Salud estimuló la instalación de un modelo Colombiano de Atención Prehospitalaria y la estabilización del sistema de transporte de pacientes para lo cual contó con el consenso de los primórdios nacidos de los Servicios  Departamentales y Distritales de Salud, en especial los de Bogotá, Cartagena, Medellín, Cundinamarca, Santander, Valle del Cauca, Nariño, entre otros y  la asesoría de Empresas Privadas de ambulancias (Ambulancias Ltda, Transmédica, Urmedicas, Suma, entre otras), Constructores de carrocerías, (Industrias El barco, Non Plus Ultra, Full, Nepomuceno Cartagena e Hijos, El Sol, entre otras),   Ensambladores de vehículos, (Sofasa, Compañía Colombiana Automotriz, entre otras), Hospitales Públicos (San Juan de Dios de Bogotá, Evaristo García de Cali, Universitario de Cartagena, Ramón González Valencia de Bucaramanga, Departamental y San Pedro de Pasto, entre otros), Facultades de Medicina (U. Nacional, U. Industrial de Santander, U. del Valle, U. Cartagena), Asociaciones Científicas (Colegio Colombiano de Médicos de Urgencias, Sociedad Colombiana de Trauma, Asociación Colombiana de Medicina Interna, Asociación de Exalumnos de Medicina de la U. Nacional ) Entidades Internacionales (Great Manchester Ambulance Service, SAMU Francés, Escuela de Paramédicos de New York, FDNY, Metro Dade FD, Cruz Roja Chilena) y ex empleados del mismo Ministerio de Salud, como los anteriores Jefes de Urgencias, Emergencias y Desastres,  Jefes de Desarrollo de Servicios, Viceministros y Ministros,  dando como resultado un modo de actuar, con inversiones propias, equipos autóctonos, sistemas de comunicación muy nuestros y resultados tangibles.

El Ministerio de Salud de la República de Colombia desde el año 2002 cambió de denominación a Ministerio de la Protección Social, ente que desde ese momento continua con el estudio de las necesidades en salud de la población, crea las Leyes, normas y maneras de hacer, vigila el cumplimiento de ellas a todo nivel y supervisa los resultados. Dentro de este contexto, fabricó las GUÍAS DE ATENCIÓN PREHOSPITALARIA  y las GUIAS DE ATENCION EN URGENCIAS que son de obligatorio uso en todo el territorio nacional para todos los actores del sistema, documentos que se convirtieron en el “norte y biblia” para la APH y produjeron un progreso como nunca se había visto en nuestro País. Las guías  se encuentran en todas las entidades que dispongan de ambulancias terrestres, acuáticas y aéreas en forma física, sistematizada o virtual  y se pueden consultar en www.minproteccionsocial.gov,co permanentemente.


Las ambulancias para el inicio del siglo XXI


En 1999 se había desarrollado en las principales ciudades un sistema de atención prehospitalaria que atendía en especial a las víctimas de accidentes de tránsito (único servicio cubierto económicamente por las Compañías de Seguros SOAT), con formación de tripulaciones, médicos y personal administrativo, que ha brindado ayuda a miles de personas en situaciones de urgencias ocasionales de tipo unipersonal, emergencias con múltiples víctimas y desastres como el terremoto de la zona cafetera, explosiones narcoterroristas, inundaciones invernales, deslizamientos de tierras o de depósitos de basuras (doñajuana en Bogotá) y cobertura de eventos masivos.

Actualmente Usted como lector puede encontrar las ambulancias Colombianas distribuidas así:

q  Públicas: Mínimo una por cada IPS Municipal en todo el Territorio Nacional en los cuales se disponga de vía terrestre o fluvial si tiene ríos; se usan como transporte secundario, especialmente interhospitalario y se está insistiendo en el uso primario para intentar estabilizar la morbilidad de urgencias. En las grandes ciudades las IPS públicas y en algunos casos las Secretarías Territoriales han organizado servicios con sus ambulancias terrestres para cubrir las necesidades de APH y transporte secundario, especialmente los generados en el régimen subsidiado y para los pacientes vinculados. En esta categoría se clasifican las ambulancias adscritas a entidades de Salvamento, Búsqueda y Rescate, como cuerpos de bomberos, alcaldías municipales, fuerzas militares y policiales, defensa civil, cruz roja, asociaciones de voluntarios, entre otras, las cuales están en procesos de reorganización para poder cumplir con los requisitos de Ley, en especial habilitación, laborales y de cadena de salud.

q  Privadas: En las ciudades encontrará IPS privadas cuyo objeto social es el transporte de pacientes en ambulancias terrestres básicas y de cuidado intensivo, lo mismo que desplazamientos aéreos de alta complejidad. También las de EPSs y ESEs (empresas sociales del estado) Las estadística muestran en la fecha, que son un número alto y mayor que las de IPS públicas. Realizan la mayoría de los traslados de pacientes Privados, de EPSs, SOAT (seguro obligatorio de accidentes de tránsito), Compañías de Seguros, ARP (administradoras de riesgos profesionales) y algunas ARS (administradoras de régimen subsidiado). En esta categoría se clasifican las pertenecientes a empresas e industrias, que han querido brindar con estos equipos una ayuda adicional a los trabajadores y sus familias.

Ambulancias y APH en la ciudad de Bogotá, Distrito Capital (D.C.)

Las ambulancias en forma organizada y ética se han posicionado en la población como un equipo médico, parte de la atención inicial de urgencias y del sistema de transporte secundario, que producen resultados tangibles e inmediatos de tipo social y humano. En reciprocidad, la ciudadanía está consciente del bien común que las ambulancias les brindan, colabora con la formación de hijos y vecinos para colaborarles a esos equipos tecnológicos y humanos  en las vías y sitios de atención,  permite y defiende la prioridad para los vehículos de emergencia, las respeta, ayuda en la seguridad de los vehículos automotores  y  sus tripulaciones, y cuando las ocasiones lo permiten, las ayuda a cumplir su misión.  

En Bogotá para el año 2010, como ejemplo, existían 82  compañías privadas de ambulancias, que en general disponían de una gran cantidad de vehículos y tripulaciones completamente equipados (250), que superaban en número a las de empresas públicas, prestando servicios  secundarios generalmente a  Empresas Promotoras de Salud (EPS), Administradoras de Régimen Subsidiado (ARS), Administradoras de Riesgos Profesionales (ARP), Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud (IPS) entre otras y servicios primarios de atención prehospitalaria en los casos en que logran obtener puntos de equilibrio financiero  debido a los altos costos que conlleva esta rama  de las urgencias.

La mayor empresa del sector público, Secretaría de Salud de Bogotá por intermedio de su sección denominada Centro Regulador de Urgencias y Emergencias (CRUE), haciendo valer su autoridad, presta en forma monopólica los servicios de Atención Prehospitalaria para cubrir los eventos de urgencia por violencia ciudadana, violencia por hampa común, accidentes de tránsito, eventos catastróficos naturales y/o antrópicos,  acciones terroristas y enfermedad común, entre otros. Esa empresa, al igual que todas las demás de existencia obligatoria según las Leyes y situadas en los diferentes municipios, cuando son requeridas para iniciar la atención de urgencias  en salud de cualquier víctima humana,  llegan a bordo de ambulancias básicas enlazadas con comunicaciones a la central de operaciones con médicos “reguladores” que dirigen la operación y en caso de requerirse envían las ambulancia medicalizadas (o de mayor complejidad) del área de la emergencia, como apoyo y jefatura presencial. El tiempo promedio de llegada a la escena está en diez (10) minutos luego de múltiples ajustes que han necesitado de años de ardua labor.

La Secretaría de Salud de Bogotá  está utilizando en forma de prueba y como “punta de lanza”  las MOTOAMBULANCIAS de APH  las cuales están tripuladas por un enfermero conductor y un médico de urgencias, debido a la facilidad de movimiento dentro del tráfico vehicular y su velocidad de desplazamiento, las cuales  pueden llegar al lugar de la urgencia mucho más rápido que las ambulancias vehiculares terrestres, que ahora  van detrás de las motos  y ya han sido despachadas por la central desde el mismo momento de recibida la alerta o pedido de atención. Los resultados iniciales aún se están valorando antes de ser publicados, pero las observaciones muestran un excelente desempeño, en especial al lograr iniciar la reanimación básica y avanzada antes de lo planeado por el sistema vigente. Los tripulantes utilizan unos uniformes  enterizos tipo overol de color azul y casco blanco,  condiciones que ha hecho que la población los llame generosamente “Los angeles azules”.

Durante los primeros años de operación  del sistema de APH (desde 1990), desafortunadamente por el comportamiento de las Compañías aseguradoras que operan Seguro Obligatorio para Accidentes de tránsito (SOAT), las cuales decidieron unilateralmente cancelar cifras muy bajas y no establecidas en las Leyes, este servicio que tantas vidas ha salvado y tanto dolor ha mitigado, se comenzó a resquebrajar por colapsos económicos  en las empresas públicas y privadas de ambulancias, pero nuestra Sociedad está en espera de que recapaciten y vuelvan a ser el respaldo económico para el que fueron creadas.       




[i] Médico Cirujano, Universidad Nacional de Colombia
Especialista Gerencia en Salud y Administración Hospitalaria
Medicina, Cirugía y Administración de Urgencias
Auxiliar de la Justicia, Perito Médico.
Comité de Salud Cooperativa SOMEC
MD Adscrito Clínica de Marly,  Bogotá D.C.
Comunicaciones: santamariasandoval@gmail.com

domingo, 23 de enero de 2011

Responsabilidad Legal De Los Médicos En Colombia


RESPONSABILIDAD LEGAL DEL MÉDICO EN COLOMBIA

MARIO ROBERTO SANTAMARIA SANDOVAL. MD.[i]


"Nunca como ahora había tenido la medicina tanta tecnología y tan excelentes resultados.  Pero nunca como ahora se habían visto tantas acciones legales en contra de los médicos". T FERGUSON


El presente escrito tiene como objetivo primordial dejar en ustedes algunos conceptos claros de la relación MEDICINA - PODER JUDICIAL vigente en la República de Colombia en esta época.

El escribiente, Médico de profesión y con cargo de Auxiliar de la Justicia como perito Médico,  no es indiferente al tema de la responsabilidad  de los profesionales de la salud frente a la justicia, tópico que se ha tratado en múltiples simposios y reuniones. Le  asiste el conocimiento adquirido de la lectura y análisis de textos, libros  y artículos salidos a la luz durante los últimos años, la experiencia adquirida en la práctica profesional, el resumen de algunas conferencias dictadas por eminentes abogados y el accionar de sociedades científicas dedicadas a la protección de profesionales de la salud así como a la defensa  de los mismos en múltiples demandas.

ACTO MEDICO
La relación medico paciente se produce cada vez que un profesional a quien la estructura social y jurídica ha catalogado como idóneo para ejercer  la Medicina, acepta la petición de otro miembro de la sociedad que le consulta buscando opinión, consejo o posible tratamiento. 
Para que  dicha relación tenga pleno éxito, debe fundarse en un compromiso responsable, leal y autentico que se cumple:
·         Por decisión voluntaria y espontanea de ambas partes.
·         Por acción unilateral del médico en caso de emergencia.
·         Por solicitud de terceras personas ante un médico.
·         Por el médico haber adquirido el compromiso de atender en salud a personas que están a cargo de una entidad pública o privada.
El acto médico es una forma especial de relación entre personas; una de ellas con  una alteración de la salud y otra con capacidad de orientar y sanar. El médico se compromete a colocar todos los medios a su alcance para efectuar un procedimiento, actuando apoyado en sus conocimientos, adiestramiento técnico, diligencia y cuidado personal para aliviar o curar una enfermedad, sin poder garantizar los resultados, previa advertencia de los riesgos y complicaciones.

Los actos médicos son de dos tipos:
·         Directo que trata de buscar alivio y curación por medio de prevención, diagnostico, terapéutica y rehabilitación
·         El indirecto o documental cuya importancia radica en la validez como prueba y está representado por el certificado, la receta y la historia clínica.


Este acto tiene como cuatro características:
·         Profesionalidad, que no se discute si el médico cumple los requisitos para serlo.
·         Ejecución típica o normas de excelencia del momento.
·         El objetivo, que será la curación o alivio y la licitud.
·         La concordancia con las normas legales vigentes.

El contrato de servicios o de asistencia médica es denominado  “de obligaciones de medio y no de resultado”.  Esto quiere decir: El médico no promete curar al enfermo, por lo tanto el único resultado que se espera por parte del contratante,  es que el médico pondrá todo el empeño, diligencia, pericia, conocimiento, prudencia, y cuidado para una correcta ejecución sin  garantizar ningún cambio positivo o negativo en el paciente. Este contrato es bilateral y origina responsabilidades para ambas partes. 

A.- La actitud del médico ante el paciente siempre será de de escucha y apoyo para brindar consejo, educación y asistencia, entendiendo las limitaciones de tiempo impuestas por el sistema para la atención en consulta y procedimiento. El profesional en todos los casos, como mínimo, aplicará el protocolo vigente para su actividad (consulta o procedimiento), dándole como orden a la Guía de diagnóstico y manejo adoptada en la Nación, luego a la del Ente territorial de donde ejerza y luego a la correspondiente a la IPS en donde labore (todos ellos son concordantes y complementarios).  Quiero resaltar que detrás de todo enfermo hay un ser humano angustiado y necesitado que nos ha confiado su don más preciado: la vida y la respuesta que le demos en todos los casos, requiere disposición para ayudar, competencia, destreza, claridad científica, honradez profesional, conocimiento del hombre y su entorno, y una recia estructura moral y ética. Si el médico lo cumple genera derecho a su favor y si lo incumple genera sanción. El acto médico es un hecho que se realiza generalmente en forma voluntaria con el objeto de mantener o mejorar la salud y por lo tanto puede afectar los derechos del paciente. Si es realizado mediante la fuerza física o moral, es decir contra la voluntad,  no exime al profesional de su correcto desempeñó. Las obligaciones del médico ya están concretamente especificadas en cumplir con la formación profesional y actuar dentro de las normas éticas y profesionales, llenar complemente los datos de la historia clínica y responsabilizarse de sus actos, exigiéndole a la institución los medio adecuados para cumplir con su labor.

B.- Las obligaciones del paciente son bien sencillas: Decir siempre  y totalmente la verdad de sus condiciones y apreciaciones, cumplir con las indicaciones y ordenes expedidas por el profesional, respetar las normas de decencia, para quien lo atiende y con la institución que le brinda el servicio y firmar la documentación requerida como el consentimiento informado, salida voluntaria o de no aceptación de procedimientos.  Los derechos del paciente están consagrados en las leyes,  siendo los principales el derecho a escoger su médico tratante en los casos de medicina particular,  a escoger la empresa aseguradora a la cual se desee afiliar, a cambiar de profesional cuando así lo considere, a comunicación plena y clara con el médico, entre otros.

RESUMEN DE DERECHOS
A.- El paciente tiene derecho a la confidencialidad de su historia clínica, respeto por sus decisiones,  explicación de costos, atención no condicionada a pago de honorarios en caso de urgencia y derecho a morir dignamente. 

B.- Los principales derechos del médico  indicados en la Ley 23 de 1981 son: el derecho a ejercer su profesión una vez cumplida su formación,  al buen nombre y honra,  a recibir un trato digno por parte de pacientes y familiares,  y  a no prestar sus servicios en casos que no sean de urgencia.  Los médicos generalmente se rigen desde tiempos inmemoriales por el principio: Curar a veces, aliviar a menudo, consolar siempre.

HISTORIA CLINICA
Es el documentos que contiene  el registro  de la necesidad del paciente,  los hallazgos del médico,  la justificación de los procedimientos , los exámenes ordenados junto con los resultados y su interpretación, en general de todas las pruebas escritas, lo mismo que  la respuesta individual del enfermo.  En ella queda consignada la responsabilidad tanto del paciente como de los médicos que intervienen en su tratamiento. La historia clínica es parte de la reserva del profesional, según lo consigna la Ley 23 de 1981: "la Historia clínica es el registro obligatorio de las condiciones de salud del paciente.  Es un documento privado, propiedad del paciente, sometido a reserva, confidencial,  que únicamente puede ser conocido por terceros previa autorización del paciente o en los casos previstos por la ley".

La historia clínica reglamentada por las Resoluciones Nº 2546 del 02 de julio de 1998 y 1995 del 08 de julio de 1999  expedidas por el Ministerio de Salud, debe ser realizada dentro del mejor estándar de lenguaje, escritura, ortografía, expresión escrita y orden cronológico (fecha y hora). Adicionalmente,  quienes son sus autores y responsables, se comprometieron desde el mismo momento de la apertura, a utilizar todos los medios a su alcance, para lograr que no se pueda producir alteración alguna en el contenido de la misma y que la custodia por parte de la persona o institución brinde realmente protección durante los tiempos de su existencia en los diferentes archivos. Al ser así, la historia clínica, la cual para ser completa se adiciona un fragmento con otro, en especial de diferentes IPSs (Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud), es la única prueba válida legalmente para cualquier estudio o reclamación en entidades civiles, familiares, académicas, administrativas, religiosas, penales o militares (ver códigos de procedimiento, civil, administrativo, penal, familiar, eclesiástico, entre otros).

SECRETO PROFESIONAL
Es el compromiso existente de parte de quienes realizan la historia clínica o tienen acceso a ella, de no difundir por ningún medio,  el contenido de esta, siendo el secreto profesional la manifestación jurídica de la reserva.  La revelación del secreto profesional se podrá hacer:
·         Al enfermo en aquello que le concierna.
·         Al representante legal o a los familiares del núcleo primario, si la revelación le es útil al tratamiento.
·         Al  representante legal o a los responsables legales,  si el paciente es menor de edad o mentalmente incapaz.
·         A las autoridades judiciales en los casos previstos por la Ley.
·         A los organismos del Sistema General de Seguridad Social en Salud o a los interesados, cuando por la patología se coloque en peligro la vida de otros miembros de la comunidad.

CONSENTIMIENTO DEL ENFERMO PARA EL ACTO MÉDICO
El consentimiento informado o autorización para realización de procedimiento, es la declaración de voluntad con respecto a un determinado fin y modo de alcanzarlo.  Es necesario para todo acto médico a excepción de la consulta y puede ser otorgado para un tratamiento farmacológico, para diagnostico invasivo o no invasivo, para procedimientos terapéuticos quirúrgicos o no quirúrgicos, para tratamiento no convencional o heroico, como sujeto de experimentación o para donación y trasplante de órganos. El consentimiento solo puede ser otorgado por mayores de edad en pleno uso de sus capacidades mentales y con plena libertad.

Con respecto al tema que nos ocupa, transcribo de la Ley: "El médico no intervendrá a menores de edad, a personas en estado de inconsciencia o mentalmente incapaces, sin la previa autorización de su padres,  tutores o allegados,  a menos que la urgencia del caso lo exija por estar en peligro la vida.  Dejará de todas formas una clara nota de esta situación en la historia clínica antes de proceder a tratar el paciente".  La práctica nos ha enseñado que este mismo proceder se hará en todos los casos,  independientemente de la falta de mayoría de edad o capacidad mental escasa o perdida, pues por lo general en los casos de emergencia no es posible lograr la consecución del documento de consentimiento debido al estado de los pacientes.  La vida humana aunque es disfrutada de manera individual, es en esencia un bien social, que las instituciones protegerán por encima de todo.  En urgencias la conservación de la vida prima sobre la calidad de la misma, aunque desde el punto de vista ético este punto podría ser discutible.

El consentimiento del acto médico debe ser libre, para lo cual es indispensable una clara, oportuna  y verdadera información de la patología encontrada en el enfermo y las alternativas de tratamiento.  Una vez se obtenga la autorización del paciente, el médico procede a efectuar su labor, salvo en casos de fuerza mayor, que pueden ser imprevistos o urgentes.
Ejemplos: 1.- Imprevistos: Se ingresa a operar el tórax por un cáncer y se encuentra que el tumor está extendido más allá del límite calculado necesitándose una ampliación de la intervención para lograr el objetivo de alivio o curación.  2.- Urgentes: Ingresa a cirugía un paciente traumatizado en estado de choque con estallido de víscera intra-abdominal y  llega a ser necesaria la extirpación  de dicha víscera para salvar la vida pero  dejando consecuencias.

De cualquier forma la buena práctica consiste en, posteriormente a dejar registro en la historia clínica, informar siempre que sea posible, a la familia de la situación del paciente y su enfermedad, especialmente en los casos de emergencia, así sea después de realizada la intervención de cualquier tipo que se realizó  con miras a salvar la vida.

En la República de Colombia desde 1992 el Consejo de Estado traslado “la carga de la prueba” al médico,  con el objeto de acreditar su desempeño profesional y para demostrar la ausencia de  culpa en su ejercicio técnico científico y se hace parte integral de la historia clínica.  En este punto es muy importante afirmar que uno de los elementos del contrato de la prestación de servicios médicos y de salud, es el documento llamado “consentimiento informado o autorización para realización de procedimiento” que debe ser libre de vicios, error, fuerza o dolo. Con él se aclara la responsabilidad, definida como obligación de reparar y satisfacer en caso de error no previsto, negligencia, imprudencia e impericia. La responsabilidad en contra del profesional es llamada perjuicio  y este se paga con cárcel o con dinero.

Llamo la atención de ustedes en la controversia legal que se presenta en los casos en que están involucrados miembros de algunas religiones como los Testigos de Jehová.  En las ocasiones en que se hace necesario tratar a un paciente perteneciente a esa secta, los miembros de esa comunidad, fanáticos de sus creencias, envuelven en discusiones airadas y amenazas, a los médicos de servicios de urgencias y de otras áreas de las IPS, volviendo “prioritario” el no uso de sangre o derivados de ella en especial cuando se presenta peligro para perder de la vida si no se aplica el tratamiento científicamente comprobado.  La ley dice que prima el derecho a la vida sobre la libertad religiosa, en especial en los menores de edad,  pero  sentencias judiciales han conceptuado que no se puede violar la creencia religiosa, o la decisión de  alguno de los padres, dejando al profesional en ilegalidad.  Los organismos médicos y científicos del país están a la espera de una decisión jurídica clara y definitiva para no vernos comprometidos en este tipo de discusiones, ya que la medicina no está hecha para dirimir semejantes controversias fanáticas de tipo filosófico religiosas.


ERROR MÉDICO
Situación en la cual el accionar del médico no se llevó a cabo dentro de los protocolos o guías de manejo vigentes en la República de Colombia y  conduce a un resultado que no se esperaba en la salud del paciente. Es la situación que debemos evitar a toda costa y para lo cual nos hemos formado y actualizado.  Los errores médicos son producto de negligencia, impericia o imprudencia.
·         Ejemplo de negligencia: Se aplica una inmovilización con yeso por una lesión ósea de miembro inferior.  Dicha extremidad se edematiza y el paciente acude a su médico pero este no lo examina y  no toma ninguna determinación en beneficio del enfermo, quien presenta luego una necrosis que obliga a resección del miembro. Otro ejemplo: El paciente solicita servicio médico de urgencia por molestia dolorosa de tórax.  El examen queda indebidamente realizado, el enfermo es enviado a su domicilio pero con el trayecto se consolida el infarto miocárdico por cuyos pródromos, el consultó.
·         Ejemplo de impericia: Una persona del colectivo de la población quien no posee el entrenamiento ni el diploma de médico, oye la queja de unos síntomas que presenta el vecino y receta un medicamento  el cual no solo no lo alivia si no que le produce efectos secundarios indeseables y hasta la muerte. Otro ejemplo: El médico, inexperto en el manejo de una ambulancia de cuidados intensivos y quien no posee licencia de conducción para automotores, la lleva al sitio en donde un paciente la requiere, pero no se acompaño del personal adecuado para conducirla y no puede manejar los equipos de “a bordo” ni manejar al paciente ni a la familia,  poniendo en riesgo a todos y en este caso a si mismo también.
·         Ejemplo de imprudencia: Un médico que no posee la especialidad en cirugía plástica, practica una intervención para mejorar la estética de la piel de la cara de un paciente que ha sufrido quemaduras anteriormente. Está intentando realizar  un acto que no debiera.

COMENTARIO
Si nos colocamos en cualquier IPS pública o privada del país, vemos dos cosas:

A.- La falta de conocimiento de las  normas y Leyes  vigentes por parte de casi todos los profesionales de la salud, en especial de los médicos que lideran los equipos de salud y de directivos de las IPS, EPS, ARP, entre otras entidades. Este vacío académico que se originó en nuestras facultades de pregrado, nos hace desconocidas las herramientas reales para desarrollar nuestro trabajo, las autorizaciones que debemos manejar para actuar en casos de emergencia o urgencia, los derechos y deberes que tenemos y que tienen los pacientes, y los mecanismos de registro a que estamos obligados, volviendo muy peligroso el ejercicio profesional.       
B.- La falta de decisión personal, profesional y gremial para reclamar nuestros derechos, sobre todo, los recursos que debemos exigir a quienes nos contratan, para no terminar en la cárcel, con nuestros patrimonios acabados,  en destrucción personal y familiar por culpa de demandas o querellas en nuestra contra.

Transcribo un fallo judicial tomado como ejemplo para la ilustración de los lectores y que iniciando una sentencia, tendría serias implicaciones para él, o los médicos, en una situación dada:   "... el cuadro de postración a que ha llegado el servicio médico oficial.  El asunto revela una dolorosa realidad y una notoria ineficiencia en el mencionado servicio, el cual es deshumanizado, frio y clama moralidad y aun mentalidad... pero el médico implicado no dispone de una historia clínica completa que compruebe sus actuaciones, pensamientos terapéuticos ni acciones, ni mucho menos de la documentación en la cual exigió a su IPS empleadora los recursos necesarios...".  

Valoren por ustedes mismos la gravedad de las anteriores palabras dictadas por un juez de la Republica en una sustentación de condena contra alguno de ustedes, pues esto ya sucedió y no una sola vez…….

La alternativa viable, legal y justa,  se encuentra más bien,  en que el médico lea y estudie las Leyes y Normas que lo rigen en la República de Colombia, que observe desde el inicio de la relación médico paciente, un comportamiento decente, ético, racional, científico y sobre todo humano, efectuando una historia clínica concienzuda, revisando los exámenes clínicos y paraclínicos, dejando constancia de las juntas médicas, de diagnósticos, del consentimiento del paciente o de de su incapacidad para otorgarlo, hablando claramente de los riesgos y consecuencias de tratamientos o procedimientos  y tomando una posición reflexiva en muchos casos ayudada por colegas, siempre tratando de preservar la vida humana, nunca anteponiendo las razones económicas, personales o institucionales, pues cuando tengamos que responder ante las justicia por nuestros actos, no será disculpa valida, el exceso de trabajo, la impericia, la negligencia ni la imprudencia a la que pudimos llegar por no exigir sitios adecuados para nuestra labor, elementos completos y seguros, personal idóneo y suficiente para la labor que desempeñamos.
Como última observación después de  todas las consideraciones anteriores, recordemos cada vez que hagamos un "Filtro, consulta, procedimiento médico-quirúrgico, reanimación u otro"  que la humanidad, decencia y responsabilidad con que actuemos, es la misma con que quisiéramos que nos atendieran a nosotros o nuestras madres, en un trance similar al que está siendo sometido el paciente.
... ¿o ustedes creen que por ser profesionales de la salud nunca van a tener que asistir a un servicio de urgencias o a una consulta? ...


1 Médico Cirujano, Universidad Nacional de Colombia
Auxiliar de la Justicia, Perito Médico.
Comité de Salud Cooperativa SOMEC
MD Adscrito Clínica de Marly,  Bogotá D.C.
Comunicaciones: santamariasandoval@gmail.com