viernes, 6 de mayo de 2011

AMBULANCIAS Y ATENCION PREHOSPITALARIA EN COLOMBIA


ATENCION PREHOSPITALARIA.  Aproximacion  al Modelo Colombiano
Mario Roberto Santamaría Sandoval. MD[i]


La seguridad del personal no es un lujo ni una opción.
Es una necesidad y forma parte esencial
del costo de hacer nuestro trabajo".

“El construir una cultura de prevención no es fácil. Si bien los costos de
la prevención deben pagarse en el presente, sus beneficios se hallan en el
futuro distante. Además los beneficios no son tangibles; son los desastres
que no ocurrieron”.

Kofi Annan - Secretario General de las Naciones Unidas.

 

El transporte de enfermos que han sufrido una urgencia


El cuidado prehospitalario existe desde que el hombre aprendió a cazar y a hacer la guerra. Aunque los métodos para cohibir hemorragias, estabilizar fracturas, etc. eran primitivos, fue indudablemente reconocida de inmediato la necesidad de un rápido tratamiento. Los elementos básicos de la respuesta prehistórica a los lesionados, permanecen como guía en los actuales programas prehospitalarios de asistencia. Aparte de estos elementos, el reconocimiento de una necesidad de acción fue lo que llevó al desarrollo de técnicas médico-quirúrgicas de urgencia y a la evolución de un sistema de comunicaciones, tratamiento y transporte para reducir la morbimortalidad.

Muchas formas de transporte de los enfermos fueron inventadas. En tiempos muy antiguos, sin duda, los enfermos fueron llevados entre dos amigos quienes lo transportaban de la manera que a ellos les resultaba más conveniente. Si había una sola persona para transportarlo, seguramente lo hacía sobre sus espaldas. Probablemente el siguiente modo de transporte de los heridos o enfermos fue usando dos postes a los que se ataba fuertemente una hamaca. Este tipo de camilla fue usado durante muchos, muchos años. Los postes eran colocados por
debajo de los brazos y estos se apoyaban a lo largo de ellos. Después de la invención de la rueda, el hombre antiguo, cansado de cargar sobre sus espaldas al camarada herido, construyó una tosca  carreta para aliviar su trabajo. Los primeros antecedentes sobre atención en vehículos específicos para personas en riesgo de salud tienen origen remoto y es difícil saber realmente cuando se usó por  primera vez un vehículo para transportar una persona enferma o lesionada. El primer vehículo para el transporte de los enfermos fue probablemente construido cerca del año 900 A.C.

Existen registros de transportes forzados de personas hacia los lazaretos o con problemas psiquiátricos en la antigüedad. Probablemente la expulsión organizada de los leprosos fue el primer sistema organizado de transporte. Las autoridades eran responsables de sacar de sus casas a estos enfermos y aislarlos del resto de la comunidad, lo que era una medida para impedir el contagio. Los pacientes con enfermedades venéreas eran tratados de la misma manera.

No hay demasiadas referencias en cuanto al traslado de los heridos en las guerras de la antiguedad, pero se sabe que los transportaban en carrozas (cuádrigas). Los griegos y los romanos disponían de cirujanos en el campo de batalla para el tratamiento de los heridos. En la Ilíada y la Odisea se explican algunos procedimientos. Durante todo el tiempo que duró la Edad Media existieron carretas para transportar cuerpos, usadas particularmente cuando poblaciones enteras sucumbían ante la peste, aunque el uso de esas carretas por lo general se limitaba a acarrear muertos.

Pocos cambios fueron registrados en los siguientes siglos, hasta que los Normandos llegaron a Inglaterra con su “litera a caballo” para el transporte de los inválidos. Ellos suspendían una cama de dos postes, los cuales se tomaban por sus extremos a dos arneses especiales, colocado uno en el caballo de adelante y otro en el de atrás. Ciertamente el paciente debía soportar una serie de saltos al ser transportado y seguramente en muchas oportunidades estos saltos eran fatales para los enfermos. Diferentes adaptaciones de este sistema fueron utilizadas hasta el siglo XVII.

Las primeras ambulancias


El termino “ambulancia” de acuerdo con el libro  “El origen de los términos médicos” de Henry Alan Skinner  “es mas comúnmente aplicado a un vehículo en el cual los enfermos o heridos son transportados”. En la organización militar el término  “ambulancia de campo” hace referencia a una unidad equipada para el transporte y el tratamiento de emergencia de los heridos. Esos “hospitales de campo” (ambulancias) fueron introducidos por la Reina Isabel la católica durante el sitio de Málaga en mil cuatrocientos ochenta y siete (1487) y revividos por su nieto Carlos V durante el sitio de Metz en mil quinientos cincuenta y tres (1553). Fernando e Isabel pusieron un interés sin precedentes en el bienestar de sus tropas. Fueron reunidos elementos médicos y quirúrgicos y se establecieron los primeros hospitales militares-ambulancias para el cuidado de los heridos. Pero no fue hasta cerca de trescientos años mas tarde que algunos acuerdos permitieron mover a los heridos hasta el hospital de campo durante las batallas y brindar ayuda en el lugar a aquellos que no podían ser movilizados. En esos tiempos, ciertos tipos de carretas tiradas por caballos o por hombres, recibieron el nombre de ambulancias (de la raíz francesa "ambulant" que significa que "deambula o camina").

En la época de los zares en Rusia, un médico y un ayudante se trasladaban en una carreta tirada por caballos; reconocían en el campo a los enfermos más graves y los trasladaban a un centro asistencial.

 

La ambulancia liviana de Larrey


En 1792 los Prusianos y los Austríacos declararon “Guerra contra los Reyes y Paz
con todos los pueblos”.  Él ejército francés no estaba preparado para repeler el ataque de los enemigos quienes tiraban sus bombas y corrían. Por algunas semanas, el personal médico se preparó y discutió sobre cirugía militar. Le fue ordenado a Larrey unirse al ejercito del Rhin bajo el mando del General Luchner.

Antes de la innovación del servicio de ambulancias realizada por Larrey, los reglamentos militares requerían que las ambulancias estuvieran estacionadas en la retaguardia. Los vehículos eran pesados, primariamente utilizados para el transporte de los cirujanos y el equipamiento. El Barón Percy, compañero mayor de Larrey y quien compartía con él la responsabilidad por el departamento de cirugía del ejercito, había diseñado un vehículo de cuatro ruedas que tenía un poste emplazado en forma longitudinal en el centro y en el que a manera de caballete, los cirujanos viajaban a horcajadas, mientras cabalgaban hacia los heridos luego de finalizada la batalla.

Cuando se produjo la confrontación entre los franceses a las ordenes del General Custine -quién reemplazó al General Luchner- y los prusianos en Spires, Larrey tuvo su bautismo de fuego. Las ambulancias fueron estacionadas cerca de dos millas y media por detrás de la retaguardia. Los heridos permanecieron en el campo de batalla hasta el cese del fuego y luego las ambulancias comenzaron a levantarlos para transportarlos hasta los hospitales de campaña.

Larrey quedó preocupado ya que con este sistema los heridos eran olvidados por un largo periodo de tiempo y la mayoría de ellos moría antes de ser recibidos en el hospital. Fue esta situación la que lo llevó a tratar de desarrollar un nuevo sistema de ambulancias que pudiese brindar ayuda “in situ” a los heridos y luego sacarlos del peligroso campo de batalla. Larrey escribía entonces: _” En Limbourg, tuvimos un problema: ...La distancia a la que se encontraban nuestras ambulancias privó a los heridos de la atención requerida... creemos imposible atender a nuestros heridos frente al poder del enemigo. Primeramente, Larrey pensó en rescatar los heridos en camillas adosadas a la montura de los caballos, pero luego se decidió en favor de utilizar carruajes livianos y diseñó un carruaje al que llamó ambulancia voladora”_. Luego de algunas confrontaciones y la conmoción que le causaba la carencia de una inmediata asistencia a los heridos en batalla, se aproximó al Comisario General Villemansy con la idea de colocar en funcionamiento las ambulancias especiales y se le  autorizó a desarrollar sus planes. Así fue como en mil setecientos noventa y siete (1797) Larrey construyó sus “ambulancias volantes”,  con dos ruedas para rescatar a los heridos.

Larrey vio trabajar sus ambulancias en las montañas cerca de Konigstein, en Prusia. La terrible experiencia de una batalla en un terreno montañoso fue balanceada con el hecho de que sus ambulancias salvaron gran cantidad de vidas.

El joven Napoleón Bonaparte, en una corta y exitosa campaña condujo a los austríacos fuera del norte de Italia y mientras disfrutaba de su prominencia militar, puso sus esfuerzos en equipar a sus ejércitos. Se hallaba impresionado por la reputación de Larrey debido al humano tratamiento de los heridos en batalla por lo que a Larrey le fue ordenado incorporarse al ejercito de Italia y organizar un servicio de ambulancias similar al que creó en mil setecientos noventa y tres (1793) para el ejercito del Rhin. Se puede especular entonces, que los contemporáneos a Napoleón con sus brillantes innovaciones en el campo de batalla en lo que respecta a la artillería liviana, inspiraron también a Larrey; tal como los médicos actuales adaptaron el uso militar de los helicópteros para la evacuación aeromédica civil.

Larrey diseñó una ambulancia liviana de dos ruedas que se estacionaba entre las
tropas y que permitía a los cirujanos trabajar en el campo de batalla. El también utilizó esos vehículos para levantar a los heridos y transportarlos a los hospitales. Él las llamó “ambulancias livianas” porque se estacionaban junto a la artillería liviana en el campo de combate. Larrey dirigió el servicio de ambulancias durante la campaña napoleónica a Italia en 1797 y en 1798 organizó el servicio de salud para el ejercito en Egipto. Fue aquí en donde además de ambulancias,   que usó animales para el transporte de los heridos e inventó una litera que podía ser adaptada para ser llevada encima de los camellos. Es interesante notar que las mismas imágenes en las que se observa el sistema de transporte de heridos en animales, aparecidas en manuales médicos militares y diseñado por Larrey en aquellos tiempos, son similares a los que fueron utilizados durante la guerra de Vietnam.

Las ambulancias motorizadas


Las ambulancias evolucionaron hasta convertirse, en el comienzo del siglo XX, en vehículos motorizados. Su uso se extendió y se hizo más común, pero todavía el concepto era trasladar al herido o enfermo a algún centro asistencial sin contar con los elementos para tratarlo en el lugar donde se lo encontrara. Los ejércitos aliados en la invasión a Europa, finalizando la segunda guerra mundial, fueron los pioneros en dotar ambulancias con camillas y algunos otros elementos, con el fin de completar la labor de los enfermeros de combate que prestaban los primeros auxilios, mejorando la morbimortalidad de los heridos.

Pasó mucho tiempo para que la medicina prehospitalaria llegara a formar un sistema de alta complejidad como se lo conoce hoy. El concepto de cuidado médico de emergencia en la población civil nació simultaneamente en los Estados Unidos de América y en Inglaterra, aproximadamente en 1940, a partir de los cuerpos de bomberos, que fueron los primeros en brindar cuidados médicos mientras el enfermo o accidentado era trasladado.

Hacia 1949, en la guerra de Corea, las tropas de las Naciones Unidas ya disponían de “traslado Aéreo de Evacuación” hasta  los hospitales de campaña muy cercanos a los frentes de batalla (“MASH” Medical Army Service Hospitalary) dotados con atención para trauma y en los cuales se estudió, documentó y puso en práctica la medicina de urgencias.

En 1960 la Academia Nacional de Ciencias introdujo normas para el entrenamiento del personal de ambulancia y tratamiento del paciente en la escena durante el rescate,  transporte y transferencia. En 1962, en EE.UU., se creó el primer servicio tal como se lo conoce en la actualidad y se programó el primer curso para la formación de paramédicos.

Con la experiencia bélica de Corea y Vietnam en el rescate de traumatizados graves, se lograron importantes avances en el tratamiento precoz de estos heridos. Los primeros esfuerzos civiles en el desarrollo de la atención de emergencias médicas se volcaron hacia el tratamiento de las arritmias graves y muerte súbita como consecuencia de enfermedades coronarias. Así apareció la Unidad Coronaria Móvil para revertir los casos de afecciones coronarias agudas que pueden derivar en muerte durante la primera hora a partir de la aparición del síntoma.


Se estableció la escuela de paramédicos de New York que formó una gran cantidad de personal civil para atención prehospitalaria y el mayor campo de pruebas en el tema se construyó en Miami, condado de Dade (Metro Dade County). Muy pronto se abrieron múltiples escuelas de rescatistas, técnicos en urgencias médicas y paramédicos en todo el territorio Norteamericano.  Simultáneamente la Cruz Roja Francesa desarrolló un modelo de atención prehospitalaria y manejo de ambulancias terrestres en su República, originando el  Servicio de Atención Médica de Urgencias (SAMU) en  París y luego en Grennoble.

Atención Pre Hospitalaria (APH).


Literalmente definida como la prestación de servicios de salud tendientes a preservar la vida o las funciones vitales, en el menor lapso posible, en el sitio de producción de una urgencia, a las víctimas de una urgencia, emergencia o desastre y si es necesario, transportarlas al sistema intrahospitalario. Los avances de la medicina en la década del '70 fueron muy importantes en la sobrevida de los combatientes de las guerras del siglo XX, pero se consideró que el factor principal que mejoró el pronóstico de los heridos fue la asistencia inmediata en el campo de batalla por personal especialmente entrenado que llegaba transportado en helicópteros militares. En la población, el entrenamiento y la capacitación de los paramédicos tuvieron una programación cada vez más exigente, mejorando su capacidad asistencial para cubrir un amplio aspecto de emergencias y se denominó apropiadamente a este sistema UNIDAD DE TERAPIA INTENSIVA MOVIL(UTIM).

A partir de esa experiencia los sistemas prehospitalarios civiles incorporaron los recursos que permiten asistir, en el menor tiempo, a todo tipo de traumatizados. Para ello los diferentes modelos de Atención Prehospitalaria (APH) han utilizado los convenientes para sus terrenos, calles y ciudades, entre ellos ambulancias terrestres de tracción sencilla o doble, vehículos de rescate, camiones de bomberos, carros compactos auxiliares, patrullas policiales, lanchas salvavidas, motocicletas, helicópteros y hasta bicicletas para llevar al sitio de la urgencia, el mas entrenado recurso humano disponible y dotado con los mejores equipos portátiles. 

Período que se tardaba en asistir al herido  vs. Porcentaje de mortalidad

     1era. Guerra Mundial              12-18  horas........................8,5 %
     2da.  Guerra Mundial                8-12  horas....................... 3,3 %
     Corea                                        2- 04 horas....................... 2,4 %
     Vietnam                                     1- 04 horas........................1,9 %


Modelos de atención prehospitalaria (APH).


Así comenzaron a existir organizadamente dos modelos de APH: Uno Norteamericano y otro Francés, con pequeñas diferencias operativas y excelentes resultados en el mantenimiento de la vida humana en peligro por haber sufrido algún evento de urgencia.

El sistema Americano opera desde la óptica de llegar rápido al lugar del accidente o urgencia, valorar, estabilizar y transportar sin demora al servicio de urgencias dentro de un hospital especializado; es operado por personal diferente al de la cadena de la salud, perteneciente al sistema de bomberos y rescate quienes son dirigidos y supervisados permanente, dependiendo de sus propios medios de comunicación para utilización de fármacos y realización de procedimientos. Utiliza ambulancias básicas, carros de rescate y vehículos de bomberos. Se financia  en seguros de salud, de accidentes, de vida, de violencia y presenta altas tasas de demandas legales.

Motivados en costos y valor de los seguros, la unión Americana decidió a partir de 1994, cambiar las políticas de formación y empleo en APH y ambulancias, dejando  90% de los empleos para Técnicos en Urgencias Médicas y apenas un 10% para los paramédicos (mayor rango salarial y de formación).

El sistema Francés a cambio del anterior, lleva los recursos necesarios al sitio de la urgencia, con el fin de atender todo lo que pueda en el lugar, enviando primero un equipo humano de alto entrenamiento (motocicleta, vehículo liviano o ambulancia básica) capacitados para uso o aplicación de medicamentos y luego según el resultado de la valoración inicial hace llegar ambulancia medicalizada con profesionales especializados (anestesiólogos, entre otros) capaces de realizar procedimientos médicos o quirúrgicos. Se maneja el concepto de llevar la sala de cirugía y la unidad de cuidados intensivos al lugar y en el momento en que se requiera, a pesar del tiempo que se necesita para su instalación y puesta en marcha. Una vez asistido el paciente lo mas completamente posible, se inicia el desplazamiento hacia el hospital. Está operado por personal de la cadena de la salud, Médicos generales, médicos de urgencias, médicos especialistas, enfermeros universitarios y algunos auxiliares. El sistema es parte fundamental de la Cruz Roja Francesa. Se financia del presupuesto estatal como todo lo relacionado con salud en ese país.

Es de mencionar, por su especial eficiencia, eficacia y efectividad, el sistema de ambulancias del Reino Unido: trabaja con personal paramédico altamente entrenado (4 años de formación básica), legalmente autorizado para utilizar fármacos y realizar procedimientos médico quirúrgicos, a bordo de ambulancias  dotadas con equipos de cuidado intensivo, capaces de decidir si atienden completamente en el sitio de la urgencia o si transportan rápidamente a un hospital y pertenecientes a Compañías privadas dedicadas a vender la APH y el transporte (dos grandes monopolios supervisados por el Gobierno). El sistema lo financia totalmente el Estado a través del cobro de impuestos y cancela el valor de los servicios con la presentación de las facturas.



Alertas  actuales


La Atención prehospitalaria y el transporte sanitario, a pesar de ser un subsistema del sistema de salud dedicado a intentar salvar vidas humanas y minimizar el dolor humano ha sido uno de los más golpeados por las circunstancias diarias, la violencia y el terrorismo. Son innumerables las ambulancias secuestradas dentro de  Países en conflicto, las tripulaciones amedrentadas y desaparecidas por no ser respetadas bajo las Convenciones Internacionales, el Derecho Humanitario o la Neutralidad que los debería caracterizar.  

Tampoco son despreciables los niveles de accidentalidad que sufren sus miembros cuando se están entrenando, cuando se desplazan a bordo de sus vehículos de emergencia, cuando realizan labores peligrosas y podemos afirmar sin lugar a dudas que son de los muy altos en el mundo. Como ejemplo podemos recordar la desaparición de muchos paramédicos y técnicos de urgencias médicas durante el desplome de las Torres Gemelas de New York el 11 de noviembre del 2001 mientras intentaban evacuar sobrevivientes de los impactos de los aviones suicidas contra los edificios  o la cantidad de tripulaciones de ambulancias que han perdido la vida en absurdos accidentes de tránsito generalmente causados por imprudentes conductores que no han respetado los semáforos, las sirenas ni las luces rutilantes.


Las ambulancias en la República de Colombia


En la República de Colombia la historia de las ambulancias está muy ligada a los hechos mundiales. Nuestros ancestros de todas las tribus y etnias, entre ellos los Chibchas, Caribes, Pijaos, Coyaimas, Motilones, Arahuacos, Tunebos, transportaron sus enfermos y heridos de la misma forma que otros pueblos indígenas en todas las latitudes. Primaba el respeto a la vida y en sus sistemas, estas víctimas eran llevadas a lomo de animales, parihuelas o fuerza humana hasta sus hogares para ser atendidos por sus chamanes o médicos brujos. Durante las épocas de la  conquista y la colonia fueron muy socorridos los desplazamientos en las espaldas de cargueros humanos, sistema que aún se encuentra funcionando en algunas zonas del Chocó montañoso y sin carreteras. También están documentadas las  “andas” o sillas con extensiones de donde se cargaban sentados personajes o enfermos, por cuatro o más personas. En la guerra de la independencia hay pocas anotaciones de atención prehospitalaria o de transporte de heridos, a excepción de relatos y leyendas del manejo premortem de nuestros lanceros cuando quedaban con lesiones serias en las escaramuzas y batallas sostenidas con los Españoles. A pesar de las múltiples guerras civiles sostenidas durante el siglo XIX no se han encontrado evidencias del transporte de enfermos, heridos o víctimas, al parecer por escasez de registros médicos o de atención en salud. Las primeras referencias de la época de la República aparecen con las carretas de tracción animal y operadas por monjas en las batallas del Tolima Grande y Palonegro durante la Guerra de los Mil Días en las postrimerías del siglo XIX (1899 y 1900), que transportaron los heridos del combate hacia casas o haciendas que se improvisaron como sanatorios.

Como hito en la historia del transporte de lesionados en nuestro País, el 6 de agosto de 1938 en Bogotá, cuando se llevaba a cabo una revista aérea para demostrar a la ciudadanía el potencial de la Fuerza Aérea Colombiana, se produjo el choque de una aeronave muy cerca de las tribunas que albergaban al público en el campo de Santa Ana (hoy en día los cuarteles de caballería e infantería del ejercito en la calle 102 con carrera 7). Se produjeron múltiples heridos que fueron transportados en vehículos particulares  hasta las Clínicas y Hospitales de Chapinero y del Centro, con especial mención por una de  las primeras mujeres conductoras de automotores que llevó algunos (dentro de una sociedad eminentemente machista) y por el sistema de tranvías que evacuó desde el lago Gaitán a la población ilesa, dejando en claro la inexistencia de un sistema de atención médica urgente y la desprotección que sufría la población civil ante una emergencia.

Hacia el año 1939, las Clínicas privadas de las grandes ciudades importaron las primeras ambulancias que operaron como tales (Clínica de Marly en Bogotá, entre otras). 
Eran servicios de lujo que podían costear las clases sociales privilegiadas. Sin embargo no se desarrolló ningún sistema organizado de atención prehospitalaria ni de transporte de víctimas. Como ejemplo de manejos humanos, de caridad y también de ineficiencia en el tema, son de anotar los hechos  9 de abril de 1948 a lo largo y ancho de Colombia cuando se produjo la revuelta por el asesinato del líder Jorge Eliecer Gaitán y las víctimas fueron recogidas en cualquier vehículo que pudiera moverse y llevadas a hospitales sin preparación para lograr atender la situación. 

En la década de los años ’60, los hospitales públicos (San Juan de Dios en Bogotá, Federico Lleras en Ibagué, Erasmo Meóz en Cúcuta, Evaristo García en Cali, San Vicente de Paúl en Medellín, entre otros) comenzaron a adquirir algunas de ambulancias para su servicio y simultaneamente la  Cruz Roja Colombiana recibió las suyas como donaciones internacionales.

En la década de los años ’80 el Ministerio de Salud creó la Red Nacional de Urgencias, aparecieron los  lineamientos para el uso de ambulancias en traslados secundarios y se lograron los primeros servicios primarios, más por casualidad que por planeación. En 1982 aparecieron las dos primeras empresas privadas de ambulancias  en la Ciudad de Bogotá (Ambulancias Ltda y Emergencias) para atender pacientes particulares y de otros pertenecientes a  algunas compañías que brindaban servicios médicos a sus empleados, las cuales abrieron el horizonte de estos servicios de salud.

Con la implantación del Sistema General de Seguridad Social en Salud por la Ley 100 de diciembre de 1993, se operativizó la resolución 9279 o primer  reglamento de ambulancias terrestres. Se aclararon los requisitos esenciales que deberían poseer estos equipos médicos y el personal que laborara con ellos.

Está Ley y sus decretos reglamentarios precisaron las ambulancias son EQUIPOS MEDICOS con los cuales se desarrollan ACTOS MEDICOS y pertenecen al Sistema de Salud (a diferencia de los vehículos de rescate que pertenecen al sistema nacional de bomberos y en donde no se hacen actos médicos pero si actos humanitarios con personal de tipo diferente al de salud).

Se creó también la subcuenta ECAT (eventos catastróficos y accidentes de tránsito) del Fosyga (fondo de solidaridad y garantía) con el fin de financiar  la prestación de algunas actividades de salud que no habían quedado cubiertas dentro del Plan Obligatorio de Salud (POS) el País, mediante lo cual se  adquirieron (entre otros equipos), para las IPS municipales entre 1995 y 2001, aproximadamente 1800 ambulancias terrestres y 80 fluviales con recursos provenientes de los rendimientos financieros de la subcuenta mencionada, así como el pago por evento de muchos transportes en esos vehículos, haciendo viables las empresas al cancelarles los valores de sus trabajos. Adicionalmente las empresas privadas  llenaron el escenario con oferta de servicios básicos y medicalizados.

Desde 1995 el programa de urgencias del Ministerio de Salud estimuló la instalación de un modelo Colombiano de Atención Prehospitalaria y la estabilización del sistema de transporte de pacientes para lo cual contó con el consenso de los primórdios nacidos de los Servicios  Departamentales y Distritales de Salud, en especial los de Bogotá, Cartagena, Medellín, Cundinamarca, Santander, Valle del Cauca, Nariño, entre otros y  la asesoría de Empresas Privadas de ambulancias (Ambulancias Ltda, Transmédica, Urmedicas, Suma, entre otras), Constructores de carrocerías, (Industrias El barco, Non Plus Ultra, Full, Nepomuceno Cartagena e Hijos, El Sol, entre otras),   Ensambladores de vehículos, (Sofasa, Compañía Colombiana Automotriz, entre otras), Hospitales Públicos (San Juan de Dios de Bogotá, Evaristo García de Cali, Universitario de Cartagena, Ramón González Valencia de Bucaramanga, Departamental y San Pedro de Pasto, entre otros), Facultades de Medicina (U. Nacional, U. Industrial de Santander, U. del Valle, U. Cartagena), Asociaciones Científicas (Colegio Colombiano de Médicos de Urgencias, Sociedad Colombiana de Trauma, Asociación Colombiana de Medicina Interna, Asociación de Exalumnos de Medicina de la U. Nacional ) Entidades Internacionales (Great Manchester Ambulance Service, SAMU Francés, Escuela de Paramédicos de New York, FDNY, Metro Dade FD, Cruz Roja Chilena) y ex empleados del mismo Ministerio de Salud, como los anteriores Jefes de Urgencias, Emergencias y Desastres,  Jefes de Desarrollo de Servicios, Viceministros y Ministros,  dando como resultado un modo de actuar, con inversiones propias, equipos autóctonos, sistemas de comunicación muy nuestros y resultados tangibles.

El Ministerio de Salud de la República de Colombia desde el año 2002 cambió de denominación a Ministerio de la Protección Social, ente que desde ese momento continua con el estudio de las necesidades en salud de la población, crea las Leyes, normas y maneras de hacer, vigila el cumplimiento de ellas a todo nivel y supervisa los resultados. Dentro de este contexto, fabricó las GUÍAS DE ATENCIÓN PREHOSPITALARIA  y las GUIAS DE ATENCION EN URGENCIAS que son de obligatorio uso en todo el territorio nacional para todos los actores del sistema, documentos que se convirtieron en el “norte y biblia” para la APH y produjeron un progreso como nunca se había visto en nuestro País. Las guías  se encuentran en todas las entidades que dispongan de ambulancias terrestres, acuáticas y aéreas en forma física, sistematizada o virtual  y se pueden consultar en www.minproteccionsocial.gov,co permanentemente.


Las ambulancias para el inicio del siglo XXI


En 1999 se había desarrollado en las principales ciudades un sistema de atención prehospitalaria que atendía en especial a las víctimas de accidentes de tránsito (único servicio cubierto económicamente por las Compañías de Seguros SOAT), con formación de tripulaciones, médicos y personal administrativo, que ha brindado ayuda a miles de personas en situaciones de urgencias ocasionales de tipo unipersonal, emergencias con múltiples víctimas y desastres como el terremoto de la zona cafetera, explosiones narcoterroristas, inundaciones invernales, deslizamientos de tierras o de depósitos de basuras (doñajuana en Bogotá) y cobertura de eventos masivos.

Actualmente Usted como lector puede encontrar las ambulancias Colombianas distribuidas así:

q  Públicas: Mínimo una por cada IPS Municipal en todo el Territorio Nacional en los cuales se disponga de vía terrestre o fluvial si tiene ríos; se usan como transporte secundario, especialmente interhospitalario y se está insistiendo en el uso primario para intentar estabilizar la morbilidad de urgencias. En las grandes ciudades las IPS públicas y en algunos casos las Secretarías Territoriales han organizado servicios con sus ambulancias terrestres para cubrir las necesidades de APH y transporte secundario, especialmente los generados en el régimen subsidiado y para los pacientes vinculados. En esta categoría se clasifican las ambulancias adscritas a entidades de Salvamento, Búsqueda y Rescate, como cuerpos de bomberos, alcaldías municipales, fuerzas militares y policiales, defensa civil, cruz roja, asociaciones de voluntarios, entre otras, las cuales están en procesos de reorganización para poder cumplir con los requisitos de Ley, en especial habilitación, laborales y de cadena de salud.

q  Privadas: En las ciudades encontrará IPS privadas cuyo objeto social es el transporte de pacientes en ambulancias terrestres básicas y de cuidado intensivo, lo mismo que desplazamientos aéreos de alta complejidad. También las de EPSs y ESEs (empresas sociales del estado) Las estadística muestran en la fecha, que son un número alto y mayor que las de IPS públicas. Realizan la mayoría de los traslados de pacientes Privados, de EPSs, SOAT (seguro obligatorio de accidentes de tránsito), Compañías de Seguros, ARP (administradoras de riesgos profesionales) y algunas ARS (administradoras de régimen subsidiado). En esta categoría se clasifican las pertenecientes a empresas e industrias, que han querido brindar con estos equipos una ayuda adicional a los trabajadores y sus familias.

Ambulancias y APH en la ciudad de Bogotá, Distrito Capital (D.C.)

Las ambulancias en forma organizada y ética se han posicionado en la población como un equipo médico, parte de la atención inicial de urgencias y del sistema de transporte secundario, que producen resultados tangibles e inmediatos de tipo social y humano. En reciprocidad, la ciudadanía está consciente del bien común que las ambulancias les brindan, colabora con la formación de hijos y vecinos para colaborarles a esos equipos tecnológicos y humanos  en las vías y sitios de atención,  permite y defiende la prioridad para los vehículos de emergencia, las respeta, ayuda en la seguridad de los vehículos automotores  y  sus tripulaciones, y cuando las ocasiones lo permiten, las ayuda a cumplir su misión.  

En Bogotá para el año 2010, como ejemplo, existían 82  compañías privadas de ambulancias, que en general disponían de una gran cantidad de vehículos y tripulaciones completamente equipados (250), que superaban en número a las de empresas públicas, prestando servicios  secundarios generalmente a  Empresas Promotoras de Salud (EPS), Administradoras de Régimen Subsidiado (ARS), Administradoras de Riesgos Profesionales (ARP), Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud (IPS) entre otras y servicios primarios de atención prehospitalaria en los casos en que logran obtener puntos de equilibrio financiero  debido a los altos costos que conlleva esta rama  de las urgencias.

La mayor empresa del sector público, Secretaría de Salud de Bogotá por intermedio de su sección denominada Centro Regulador de Urgencias y Emergencias (CRUE), haciendo valer su autoridad, presta en forma monopólica los servicios de Atención Prehospitalaria para cubrir los eventos de urgencia por violencia ciudadana, violencia por hampa común, accidentes de tránsito, eventos catastróficos naturales y/o antrópicos,  acciones terroristas y enfermedad común, entre otros. Esa empresa, al igual que todas las demás de existencia obligatoria según las Leyes y situadas en los diferentes municipios, cuando son requeridas para iniciar la atención de urgencias  en salud de cualquier víctima humana,  llegan a bordo de ambulancias básicas enlazadas con comunicaciones a la central de operaciones con médicos “reguladores” que dirigen la operación y en caso de requerirse envían las ambulancia medicalizadas (o de mayor complejidad) del área de la emergencia, como apoyo y jefatura presencial. El tiempo promedio de llegada a la escena está en diez (10) minutos luego de múltiples ajustes que han necesitado de años de ardua labor.

La Secretaría de Salud de Bogotá  está utilizando en forma de prueba y como “punta de lanza”  las MOTOAMBULANCIAS de APH  las cuales están tripuladas por un enfermero conductor y un médico de urgencias, debido a la facilidad de movimiento dentro del tráfico vehicular y su velocidad de desplazamiento, las cuales  pueden llegar al lugar de la urgencia mucho más rápido que las ambulancias vehiculares terrestres, que ahora  van detrás de las motos  y ya han sido despachadas por la central desde el mismo momento de recibida la alerta o pedido de atención. Los resultados iniciales aún se están valorando antes de ser publicados, pero las observaciones muestran un excelente desempeño, en especial al lograr iniciar la reanimación básica y avanzada antes de lo planeado por el sistema vigente. Los tripulantes utilizan unos uniformes  enterizos tipo overol de color azul y casco blanco,  condiciones que ha hecho que la población los llame generosamente “Los angeles azules”.

Durante los primeros años de operación  del sistema de APH (desde 1990), desafortunadamente por el comportamiento de las Compañías aseguradoras que operan Seguro Obligatorio para Accidentes de tránsito (SOAT), las cuales decidieron unilateralmente cancelar cifras muy bajas y no establecidas en las Leyes, este servicio que tantas vidas ha salvado y tanto dolor ha mitigado, se comenzó a resquebrajar por colapsos económicos  en las empresas públicas y privadas de ambulancias, pero nuestra Sociedad está en espera de que recapaciten y vuelvan a ser el respaldo económico para el que fueron creadas.       




[i] Médico Cirujano, Universidad Nacional de Colombia
Especialista Gerencia en Salud y Administración Hospitalaria
Medicina, Cirugía y Administración de Urgencias
Auxiliar de la Justicia, Perito Médico.
Comité de Salud Cooperativa SOMEC
MD Adscrito Clínica de Marly,  Bogotá D.C.
Comunicaciones: santamariasandoval@gmail.com

5 comentarios:

  1. muy b ueno, esta informacion no es facil de encontrar en la red.
    muchas Gracias

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  2. muy bueno pero , usted escribe sobre APH , pero nunca se nombra los tecnologos en atencion prehospitalaria (formacion universitaria) , que igual que el medico tambien tripulba las motos ,

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  3. Este documento esta muy completo y agradezco su tiempo para redactarlo y publicarlo.

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  4. Compañero me generaste una duda consulte el tema y me encontre con esto, observen en las tarifas de fasecolda 2013 el valor ajustado del decreto 2423 de 1996 , en el articulo 60 habla de la atención prehospitalaria y el tralado , increible pero cierto las aseguradoras se han hecho las de la vista gorda y han evitado pagar lo que realmente es justo. miren el siguiente link

    http://www.fasecolda.com/fasecolda/BancoConocimiento/S/soat_-_tarifas_y_coberturas_-_manual_tarifario_de_salud/soat_-_tarifas_y_coberturas_-_manual_tarifario_de_salud.asp

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  5. Dr Santamaria, muchas gracias por tan buen artículo. Quisiera hacerle una pregunta, he leído en internet que existe una norma PAHO para el número de ambulancias: 1 ambulancia de soporte vital (Medicalizada) por cada 50 mil habitantes. Sabe Ud dónde puedo consultar esa norma?

    Saludos Cordiales

    Mauricio Avila

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